miércoles, 4 de abril de 2012

padua


Desde la ventana de tu dormitorio se ve cada rincón de Padua. Dentro de las casas, fiestas sin fiesta, y en los ceniceros, lo poco de ayer. Ya comienzan a encenderse las luces del alumbrado público: las ocho en algún reloj de la estación de tren. A los amantes les queda la siesta, y a los chicos, otro juego de potrero hasta que llegue la noche. Tango en la ferretería; se vuela el canto de la vecina que acompaña el tema mientras cuelga la ropa en la terraza del duplex. Doña Sin Nombre baldea el frontón de la casa, las bicicletas se quedan en los cordones de las veredas, y el sol es un disparo en el cielo magenta. Punto de Del Potro. Caen las cortinas artesanales en las ferias metálicas. El tren deja los andenes. La pava hierve. Y todo sucede mientras el barrio de San Antonio de Padua nos mira, todo se ve desde la ventana de tu habitación. Incluso se ve desde tu cama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario